
La Vida de Florentina Pontigo Almentero, Obrera Agrícola de la UBPC Mascota
13/8/2025
En la calidez del sol matutino que acaricia los campos de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Mascota, se encuentra Florentina Pontigo Almentero, una mujer que ha dedicado casi cuatro décadas de su vida al trabajo en el campo. Desde el 12 de diciembre de 1986, Florentina ha sido un pilar fundamental en la producción agrícola de su comunidad, donde ha sembrado no solo caña, sino también sueños y esperanzas.
Florentina, madre de cuatro hijos —Yaimile, Yangelrri, Yalir y Yanemi—, es el reflejo de la fortaleza femenina en el entorno rural. A sus 15 años, dejó su hogar en Mascota para mudarse a la Comunidad de El Quirche, donde comenzó a forjar su camino. Su vida dio un giro cuando se casó y se trasladó al Batey de Lola, donde la familia se convirtió en su motor y el trabajo en el campo su destino.
Su trayectoria laboral es un testimonio de versatilidad y dedicación. Comenzó realizando diversas labores en la siembra y el guateo, siempre dispuesta a aprender y a contribuir. Con el tiempo, su pasión por el trabajo agrícola la llevó a desempeñarse como cocinera, alimentando no solo a sus compañeros de labor, sino también el espíritu comunitario que caracteriza a la UBPC. En 2014, dio un nuevo paso en su carrera al convertirse en estadística de la unidad, un rol que le permitió aportar desde otra perspectiva y seguir apoyando a sus colegas.
Florentina no solo es una trabajadora incansable; también es una mujer comprometida con su comunidad. Como federada y cederista, ha estado involucrada en diversas iniciativas que buscan mejorar la calidad de vida de sus vecinos. Su voz se hace sentir en cada reunión, defendiendo los derechos y necesidades de quienes la rodean.
La más pequeña de seis hermanos —cuatro hembras y dos varones—, Florentina ha aprendido desde joven el valor del trabajo en equipo y la solidaridad. Su historia es un reflejo del esfuerzo colectivo que caracteriza a las mujeres cubanas, quienes han sabido enfrentar los desafíos con valentía y determinación.
Hoy, mientras trabaja en el campo, Florentina mira hacia el horizonte con una mezcla de nostalgia y esperanza. Cada surco que labra lleva consigo el legado de una vida dedicada al trabajo y a la familia. A sus 39 años de labor, sigue siendo un ejemplo de perseverancia, recordando que cada planta que crece es también un símbolo del esfuerzo y amor que ha sembrado en su camino.
Florentina Pontigo Almentero es más que una obrera agrícola; es una madre, una hermana, una amiga y una líder comunitaria. Su historia es un homenaje a todas las mujeres que, como ella, han hecho del trabajo agrícola no solo un medio de vida, sino una forma de construir un futuro mejor para las actuales y futuras generaciones























Suscribirse a la sindicación RSS
















- No debe usar palabras obscenas u ofensivas.
- Los comentarios deben estar relacionados con el tema.
- No se publicarán los comentarios que incumplan las políticas anteriores.